La flor de cempasúchil (Tagetes erecta) es una planta reconocida por su valor ornamental y ceremonial durante la festividad del Día de Muertos. Su característico color anaranjado proviene de sus inflorescencias, que además de embellecer altares y cementerios, tienen muchos más usos de los que imaginamos. Te platicamos algunos a continuación:
Pigmento natural en la industria alimentaria
Los pigmentos en los alimentos mejoran su aspecto y aportan una sensación de frescura, sabor y calidad. En la industria avícola mexicana, por ejemplo, el color amarillo intenso de la piel del pollo y la yema de huevo es una característica culturalmente apreciada.
La flor de cempasúchil es rica en carotenoides, especialmente en xantofilas, que se emplean como colorantes naturales en la alimentación de aves, para lograr ese tono dorado. De hecho, las hojas de Tagetes erecta contienen una cantidad significativa de xantofilas en comparación con otras plantas (3). El grado de pigmentación de los productos depende de varios factores: la calidad nutricional de la dieta, la dosis de xantofila, el momento del consumo, el sexo y la salud de las aves, así como el manejo de estas durante la crianza y el procesamiento (4).
Empresas como Kemin producen extractos de cempasúchil que los productores avícolas utilizan para mejorar el color del pollo y los huevos de manera natural y ecológica.
Es una planta medicinal con propiedades antimicrobianas y antifúngicas
Ante la creciente resistencia de las bacterias a los antibióticos en las últimas décadas, las plantas medicinales han ganado protagonismo como fuentes de compuestos alternativos.
La flor de cempasúchil se ha usado ampliamente en la medicina tradicional u homeopática para tratar heridas, quemaduras y problemas de la piel. Además, estudios científicos contemporáneos han demostrado su actividad antibacteriana contra bacterias como Bacillus subtilis, Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii y Propionibacterium acnes(6,5).
Tagetes erecta ha mostrado también eficacia contra bacterias grampositivas y gramnegativas que causan infecciones respiratorias y de la piel. Por ello, tiene potencial para el desarrollo de fármacos destinados a tratar dermatitis, acné e infecciones cutáneas, además de poder emplearse como antiséptico natural.
Contiene luteína, útil para prevenir la degeneración macular
La flor de cempasúchil es una fuente importante de luteína, un carotenoide fundamental para la salud ocular. La luteína y la zeaxantina ayudan a prevenir la degeneración macular asociada con la edad (DMAE), reduciendo su incidencia hasta en un 40 %.
Otros ensayos clínicoshan mostrado que el consumo de estos compuestos mejora la salud visual, cognitiva, cardiovascular y sistémica. En personas con miopía alta y adultos mayores, la luteína ha demostrado aumentar la densidad óptica del pigmento macular, lo que mejora la visión y protege la retina (1, 7).
En el país vecino, el Estudio de Enfermedades Oculares Relacionadas con la Edad 2 (AREDS2), realizado entre 2006 y 2013 por el Instituto Nacional del Ojo (NEI), sustituyó el betacaroteno por luteína, zeaxantina y ácidos grasos omega-3 en suplementos nutricionales. Con los hallazgos de este trabajo, el reconocimiento de la luteína extraída del cempasúchil se vio impulsado en la industria biomédica y farmacológica moderna (1).
México ocupa un lugar bajo en investigación sobre el cempasúchil
A pesar de ser una planta nativa de México, el país solo representa alrededor del 6% de la producción mundial de conocimiento científico y tecnológico sobre el cempasúchil (según datos de Scopus entre 2015 y 2025).
En primer lugar se encuentra India, con un 32% de la producción mundial de cempasúchil, seguida por China, con un 16 %. Estas diferencias evidencian la necesidad de que México invierta más en investigación, desarrollo y aprovechamiento industrial de esta planta, especialmente considerando que posee las condiciones climáticas ideales para su cultivo.
Impulsar su estudio podría abrir oportunidades en los sectores ornamental, alimentario, farmacéutico y agrícola, además de fortalecer la soberanía científica nacional.
No es una planta transgénica
En los últimos años ha circulado el rumor acusando al cempasúchil comercial de provenir de organismos genéticamente modificados (OGM) importados de India o China, desplazando al cultivo tradicional mexicano. Sin embargo, esta información es falsa.
Es cierto que muchas plantas ornamentales en maceta provienen de países como India, China, Estados Unidos y los Países Bajos. Sin embargo, no se importan las plantas completas, sino las semillas, que son sembradas y cultivadas en México por productores agrícolas nacionales (8).
La importación de estas semillas se debe principalmente a los avances en mejoramiento vegetal desarrollados en dichos países, donde se han creado variedades con características de interés.
Estas variedades no son transgénicas, sino híbridos obtenidos mediante selección artificial convencional, elegidos por su resistencia, tamaño, duración y la intensidad de su color. Las modificaciones que observamos en el mercado son el resultado de cruzamientos tradicionales, no de la modificación a través de ingeniería genética. En México existen más de 35 especies del género Tagetes que podrían aprovecharse para desarrollar nuevos híbridos y fortalecer el fitomejoramiento nacional, reduciendo así la dependencia tecnológica hacia otros países.
Conclusión
La flor de cempasúchil es mucho más que un símbolo del Día de Muertos, sus pigmentos naturales, propiedades medicinales y potencial biotecnológico la convierten en una planta valiosa tanto cultural como científicamente.
Es momento de que la ciencia mexicana vuelva su mirada a sus recursos nativos, impulse su investigación y consolide el conocimiento local para transformar el cempasúchil en un emblema no solo de tradición, sino también de innovación científica nacional.
Referencias
8 Fkfh. (2025, March 6). Cempasúchil: Más que una flor ornamental. Onaula.
